A Contra Corriente

…de todo lo que fue y lo que será

Cuando el caos se vuelve un aliado

Lamentablemente estamos acostumbrados a empezar a hacer cosas drásticas cuando los problemas ya sobre pasaron lo humanamente tolerable (sin acotar que la tolerancia humana tiene sus tonalidades según sea la sociedad y el problema en cuestión).

 Haití es un país que comparte isla con República Dominicana y a pesar de ser vecinos y ambos aislados de la misma forma por aguas marinas la diferencia en desarrollo es contrastante.  Sólo por mencionar un indicador en el periodo 2004-2006 según la CEPAL con datos de FAO el Porcentaje de la población por debajo del nivel mínimo de consumo de energía alimentaria para Rep. Dominicana fue de 21% mientras que para Haití resultó de 58%. Este, aunque no es el único indicador,  refleja una clara diferencia en muchos factores entre ambos países. Esos mismos datos en el periodo de 1990-1992 eran, para ambos países respectivamente, de 27% y 63%.. Esto muestra claramente que el problema de subdesarrollo de Haití no es de este siglo ni se volvió realmente alarmante después del terremoto del 12 de enero de este año. Es una situación que lleva décadas y que la comunidad internacional ha pasado desapercibida a pesar de los datos contundentes. Si comparamos al país con México por decir algo los datos resultan inauditos.

¿Por qué hasta ahora cuando el desastre de hace unos días resulta ser la primera plana de muchos periódicos a nivel internacional es cuándo se cree que hay que hacer algo por esa mitad de la isla, antes conocida como La Española?, ¿qué intereses tendrán los poderosos de la comunidad internacional para empezar a organizar una segunda Reunión Hemisférica de ayuda a Haití?, ¿o será únicamente para dar una buena cara ante las organizaciones humanitarias internacionales?, ¿será para colocarse en una posición de cooperación en tiempos MUY difíciles mientras que cuando no existen desastres de tal magnitud permanecen indolentes?, ¿Por qué ya no se escuchó nada de la Reunión Hemisférica para el desarrollo de Haití después de los “acuerdos del año pasado”? y ¿por qué tenemos que creer que en esta ocasión el apoyo es serio?

Son preguntas que me hago y que hago, como en otras ocasiones, no dirigidas a los aludidos directamente para que las respondan, sino para todo aquel que cuestione un poco y sea crítico de las acciones que los países con posibilidades (principalmente económicas) llevan a cabo. ¿Cuándo hemos visto en el periódico alguna línea que hable de Haití? Es raro y lo peor es que las noticias hacen alarde de lo que México ha donado y no de lo que México plantea para apoyo a largo plazo porque conozca la situación del país. No se propone un apoyo mutuo o de cooperación sino meramente asistencialista. Que claro, deja al país muy bien ante la comunidad internacional y con el pueblo haitiano, o por lo menos con el gobierno de ese país, pero no llega a ser más que eso una migaja que se suma al del resto de la comunidad y que después de que deje de ser noticia Haití volverá a ser invisible en el mapa geopolítico de la comunidad internacional. Espero equivocarme.

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